¿ Qué hay de cierto?

Los primeros estudios sobre su impacto en la piel generalmente se enfocaban en los efectos adversos de las mascarillas faciales y sus  repercusiones a corto plazo  En la actualidad ya existen publicaciones científicas  sobre los efectos en la piel a largo plazo y además sobre qué  cambios  llegan a producirse en la piel con respecto a la piel no protegida.

En un primer estudio se investigó en voluntarios sanos (hombres y mujeres) durante 6 meses, de junio de 2020 a diciembre de 2020 donde se monitorizaron los parámetros cutáneos como:

  • pérdida de agua transepidérmica (TEWL),
  • el grado de hidratación,
  • la elasticidad,
  • el aspecto  de los poros
  • la cantidad de queratina,
  • la temperatura,
  • el enrojecimiento,
  • y el color de la piel.

Y  los resultados arrojaron dos conclusiones:

  1. Que se apreciaron cambios significativos en la misma zona de la piel seis meses después.
  2. Que las diferencias fueron significativas entre distintas zonas con y sin uso mascarillas.

Hoy sabemos que la temperatura de la piel y el sebo aumentan en las mejillas, el área perioral y la barbilla. El enrojecimiento de la piel de las mejillas también se ve aumentado.

Pero además, disminuye la hidratación de la piel del área perioral y es en esta zona  donde la deshidratación de la piel fue más visible.

Los estudios muestran que pueden ocurrir estos cambios en la piel  en un período de tiempo relativamente corto

Pero además cabe destacar otros factores. El efecto físico que la mascarilla por su propio peso y la fricción junto con el momento actual con periodos de estrés así como y los procesos inflamatorios derivados del uso de la mascarilla como el acné  agravan el envejecimiento prematuro.

 

Esto encaja con una aparición de signos de la edad mayor  que se aprecian en la zona de la mascarilla. Como sabemos, una piel deshidratada  presenta una menor capacidad de funcionar con normalidad. Una piel con la barrera cutánea comprometida presenta una menor luminosidad, mayor visibilidad de arrugas finas y poros más alargados. ¿ Y qué podemos hacer? En otro estudio reciente se comprobó que la aplicación de un humectante atenuaba en parte el efecto sobre las arrugas y poros.

El tratar de compensar la deshidratación provocada por la mascarilla sería un primer paso pero también deberíamos diseñar una rutina cosmética y nutricosmética para trabajar la flacidez y descolgamiento facial como prioridad mientras el uso de la mascarilla sea continuado.

 

BIBLIOGRAFIA

Park SR, Han J, Yeon YM, Kang NY, Kim E. Effect of face mask on skin characteristics changes during the COVID-19 pandemic. Skin Res Technol. 2021 Jul;27(4):554-559. doi: 10.1111/srt.12983. Epub 2020 Nov 20. PMID: 33217053; PMCID: PMC7753630.

 

Park SR, Han J, Yeon YM, Kang NY, Kim E, Suh BF. Long-term effects of face masks on skin characteristics during the COVID-19 pandemic. Skin Res Technol. 2021 Oct 19:10.1111/srt.13107. doi: 10.1111/srt.13107. Epub ahead of print. PMID: 34668244; PMCID: PMC8662003.

Park M, Kim H, Kim S, Lee J, Kim S, Byun JW, Hwang-Bo J, Park KH. Changes in skin wrinkles and pores due to long-term mask wear. Skin Res Technol. 2021 Sep;27(5):785-788. doi: 10.1111/srt.13019. Epub 2021 Feb 27. PMID: 33638266; PMCID: PMC8014490.

Gema Herrerías, La guía definitiva para el cuidado de la piel.