El campo del cuidado facial ha desarrollado un avance importantísimo estos años contando en la actualidad con un montón de herramientas para conseguir el llamado WELL AGING que no es más que envejecer gustándonos por decirlo en cristiano.

Esta pirámide, que me perdone Maslow no es de necesidades, si no de la frecuencia  con la que se van a emplear los distintos cuidados de la piel y con ello quiero poner de relevancia  la importancia de los hábitos diarios y de una buena base de cuidados.

Que a medida que avanzamos en edad podemos ir añadiendo escalones según necesidades,  y los resultados son muy satisfactorios, pero de manera progresiva y si es necesario en cada momento. No empecemos la casa por el tejado.

Por último añadir que hablamos de generalidades en envejecimiento, si estuviéramos hablando de una patología o necesidades específicas la estrategia sería diseñada por el dermatólogo y la combinación de herramientas podía cambiar.